Donostia - Dortmund: una buena forma de comenzar un Erasmus

Tras el largo verano del año 2016, me tocaba enfrentar de nuevo una experiencia poco habitual: mi segunda beca Erasmus. Esta vez, no habría montes como cuando fui a la montañosa comarca de Vorarlberg, al oeste de Austria. En esta ocasión, me enfrentaría a las vastas llanuras del norte de Alemania, pero, lo que es aún peor, a la cuarta mayor urbe de Europa, conformada por las ciudades Bochum, Duisburg, Mülheim, Dortmund, Hagen, Düsseldorf y Essen, entre otras, con más de 10 millones de habitantes y una extensión superior a 7 mil kilómetros cuadrados. Yo, perdido entre miles de kilometros de asfalto y cemento, ¡¡¡sin pendientes ni rocas!!!

Mi elección principal era Friburgo, al sudoeste de Alemania, pero al cumplimentar el formulario me confundí en el orden y fui agraciado con la primera de mis elecciones: Dortmund. La importancia de los pequeños detalles y el escarmento de los pequeños despistes.

Sin más preludios, una vez terminado el verano, comencé a diseñar el qué sería, un larguísimo viaje cicloturista en solitario: unos 1600km aproximados de recorrido.

Como debía cargar con mucho equipaje, diseñé y construí un remolque con tubos de PVC, basado en los diseños de este blog, que iría anclado al eje trasero de la bicicleta de carretera: una reliquia de Peugeot, que, aunque vieja,  cumplió muy bien su propósito durante varios años tras esta gesta, hasta que tuve que desecharla, no sin pena, tras un accidente, el más grave que he tenido jamás con la bicicleta..., pero ese ya es otro cantar.

Con todos los preparativos, y a última hora, mi buen amigo Cantera decidió acompañarme durante los primeros quinientos kilómetros, hasta la ciudad de Niort, en Francia, donde el cogería un tren para volver a casa. Así, el 17 de septiembre del 2016 partiríamos de nuevo, rumbo a lo desconocido.

He realizado esta ruta atravesando pequeñas carreteras y pueblos, superando pequeñas lomas, siguiendo los canales del norte de Francia, Bélgica, Holanda y Alemania, comiendo de supermercado, cocinando con hornillo y durmiendo en tienda de campaña en zonas de Picnic y en la propia naturaleza.
No siempre se podían evitar grandes carreteras ni grandes ciudades, pero no predominan en este camino.

Me tomó 16 días pedalear a lo largo de 1600km, con una dedicación media de 5-6 horas diarias. El resto del tiempo, lo gastaba comiendo, durmiendo y en variadas formas de ocio como la música, la pintura y la escritura. En caso de estar interesados, podéis encontrar la ruta en Wikiloc.

Desde un principio, el carro, que había rellenado con varios kilos de equipaje, rodaba escorado a la derecha. Esto era debido a que, para su construcción, había utilizado tubos de desagüe, por lo que ningún codo formaba un ángulo exacto de 90º, siempre había 3º de desfase con respecto a la vertical. Lo que parecía un número insignificante, terminó por deteriorar y romper el carro, que tuve que enmendar y remendar una y otra vez hasta llegar a mi destino. Otra lección aprendida.

Si alguien quisiera más detalles sobre el viaje, puede leer mi larguísima bitácora del viaje aquí. Donde está plasmado exactamente lo que dejé escrito en el cuaderno de viaje.

A continuación, incluyo algunas fotos del viaje:

"es ligero equipaje, para tan largo viaje"

Saliendo de casa, el 17/09/2016

En Hendaia, tras unos pocos kilómetros

Durmiendo con vistas al mar

Por uno de los numerosos bidegorris de Las Landas

Siempre hay lugar y tiempo para una cerveza

En lo alto de la Duna de Pilat

A punto de tomar un barco hacia Royan

Seguimos por bidegorris

Las carreteras secundarias, sin apenas tráfico

En el molino de Puy d'Ardanne

Las vastas llanuras francesas

El rio Loria

Entrando en Bélgica

Entrando en Alemania

Cruzando el rio Rin

Termino municipal de Dortmund, mi destino

Remiendo tras remiendo (lamentable aspecto final de mi carro), hasta llegar al destino

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