Alta ruta de Ordesa: viviendo a 3000 metros desde Añisclo hasta Tallon

Este año, 2021, parece que será el último en el que se permitirá vivaquear en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido a una altura superior a los 2500 metros. Por ello, y porque nos encanta la zona, nos lanzamos a realizar una ruta de 4 días para recorrer sus preciosos parajes y pernoctar en las alturas sin descender a los valles. Una ruta con la que pretendemos fijar de forma permanente en nuestra memoria todo lo que las montañas nos ofrecen y de todo aquello que podemos obtener de ellas.

Personalmente, considero la medida adoptada de dudosa efectividad contra el deterioro del parque, aunque sin embargo, muy práctica desde el punto de vista recaudatorio. Lo que me suscita alguna duda de cuál es el verdadero objetivo para este cambio de normativa.

Este año disponemos de dos vehículos por la incorporación de un tercer integrante a la expedición que no ha podido estar de vacaciones con nosotros los tres días previos, en los que hemos realizado la Arista del Txindoki, la peña Foratata de Formigal y unos cuántos tresmiles en la zona del Garmo Negro; si dispongo de algo de tiempo, subiré las entradas correspondientes al blog. Nuestra idea inicial es comenzar la ruta en el Cañon de Añisclo y culminarla en la bella Pradera de Ordesa.

 

Día 1: Añisclo y Fon Blanca

Ruta en Wikiloc 

Nos aproximamos a la zona de Añisclo desde Torla, por lo que para llegar al aparcamiento de San Urbez (el más cercano al cañón) hay que dar un voltión enorme (de una hora aproximada en coche) ya que la carretera es de un solo sentido. Decidimos, por tanto, dejar el coche en el Parking de la Tella y comenzar transitando a pie por la carretera. Llegamos en seguida a San Urbez por un caminito y tras coger algún panfleto informativo en la taquilla del parking, comenzamos nuestra incursión en el cañón.

Bosque cerrado en barranco cerrado.

 Inicialmente descendemos ligeramente hasta encontrarnos con el río para luego comenzar a subir junto a él. El sendero es bien grande, está perfectamente marcado y no tiene ninguna pérdida. En ocasiones asciende cerca del rio con pequeños desniveles y cuando no, nos tocará remontar largas subidas de fuerte desnivel (2h20'). El angosto barranco original no dejaba paso a los seres humanos y se le ha tenido que labrar un camino para poder recorrerlo. Las inmensas paredes y acantilados nos proporcionan una clara perspectiva de nuestro tamaño e importancia para el lugar, en definitiva, nuestra insignificancia frente a la naturaleza.

La fuerza del tiempo.

 Poco a poco vamos progresando, cargando con nuestras pesadas mochilas barranco arriba, hasta que las paredes van perdiendo altura progresivamente y comienza a alisarse el fondo del cañón convirtiéndose en un ancho valle de altura (4h40'). Nos acercamos a nuestro destino: la Fon Blanca y el refugio libre con el mismo nombre. La "fuente" se encuentra en la inserción del Barranco Arrablo (camino a Goriz) con el Cañon de Añisclo, en lo alto, dónde las aguas de un nacedero que surge a presión de la base de una gran pared, golpean con fuerza sobre las piedras provocando mucha espuma y tornando en blanco el color del agua.


De izquierda a derecha: Barranco de Arrablo, refugio y vivac libres y Fon Blanca.

Nuestra llegada (5h30') coincide con las primeras gotas de la tormenta, ya pronosticada y por tanto esperada, de la tarde, por lo que nos resguardamos bajo la gran piedra ubicada junto al pequeño refugio que parece estar ahí situada pensando en este tipo de situaciones. Aunque menos protegidos, nos permite disfrutar del espectáculo de los rayos y la lluvia inundándolo todo a nuestro alrededor. La agradable temperatura nos permite disfrutar de un baile bajo la lluvia, como si de una celebración pagana se tratara. Posteriormente, tras la tormenta, nos asomaremos para disfrutar de las crecidas provocadas por la abundante agua caída. Los ríos que hace media hora eran riachuelos poco caudalosos ahora se antojan violentos torrentes que amenazan a cualquiera que se les acerque.

Llueve, ¡y mucho!

 Parece ser un lugar de gran afluencia de gente. En total, en la zona, sumando los dos vivac bajo piedras y el pequeño refugio, podrían llegar a dormir hasta 10 personas; eso sí, muy ajustadas todas ellas. Pero más vale dormir ajustado que no poder hacerlo.


Día 2: Fon Blanca – Monte Perdido

Ruta en Wikiloc

Hoy salimos pronto, anuncian pronóstico dudoso para la tarde, y nos gustaría poder coronar el Monte Perdido antes de que se complique el tiempo. Salimos prosiguiendo el Cañon de Añisclo hasta llegar al Collado del mismo nombre (2h30') dónde el magnífico Valle de Pineta se abre a nuestros pies.

Pineta desde el collado de Añisclo

 Enseguida tornaremos a la izquierda para seguir la GR11.9, en su desvío por la Faja de las Olas. Teníamos intención de subir directos a la Punta de las Olas por un camino encontrado en internet que evita los dos pasos equipados de la faja, pero no encontramos el desvío y finalmente, tuvimos que atravesar las “ferratas” con los ya mencionados mochilones (4h15'). La primera consiste en descender un escalón rocoso con algo de desplome que, por el peso de las mochilas, nos hará sudar de lo líndo. La segunda, carente de dificultad, protege una gran placa expuesta y alisada antaño por el constante roce del hielo.

Primeras clavijas

Cañon de Añisclo desde la Faja de las Olas

 En cuánto la pared que tenemos a nuestra derecha se ablanda y se tumba (4h40'), aproximadamente a medio recorrido de la faja de las olas, giramos a la derecha para empezar a subir de forma abrupta y repentina hacia los tresmiles. La subida, aunque no muy exigente, es pedregosa, y eso transmite una gran sensación longevidad, al menos hasta llegar a la loma previa a la Punta de las Olas, dónde tendremos una perspectiva muy interesante y motivadora de lo que nos queda por delante.

 

Desierto de piedras

Alcanzamos la Punta de las Olas (5h40') y se descubre frente a nosotros un lugar de curiosa belleza. Se trata de un desierto de piedras con betas de diferentes colores protegido por cimas de tresmil metros que nos deja claro que somos almas de paso, o quizás ni eso; nada parece poder sobrevivir allí. Una vez atravesado aquel inhóspito lugar, nos encontramos con los neveros persistentes que defienden el Cuello de Monte Perdido (7h30'). Como solo disponemos de un par de crampones, tallo, uno a uno, unos bonitos escalones uno a uno que primero progresan en horizontal y después en oblicuo hasta llegar al collado (9h15'). 

Remontando el nevero

 Esta lenta operación nos supone casi dos horas. Ahora tenemos ya vía libre hasta la cima del Perdido (3348m; 10h). El tiempo parece que se mantiene estable y es muy posible que nos permita dormir en la cima. Llegamos tarde, no queda nadie en la cima y tampoco veremos a nadie más subiendo esa tarde; parece que la tormenta que sorprendió ayer ha acobardado a los montañeros tardíos. Nos espera una larga tarde persiguiendo el recorrido del sol y una fría noche por delante.

Atardecer desde el Perdido.


 Día 3: Monte Perdido – Tallón

Ruta en Wikiloc

Amanecer en el Perdido.

 La buena previsión para hoy y la escasa dificultad del recorrido nos permiten disfrutar de un amanecer completo y precioso desde la cima. No tenemos ninguna gana de abandonar nuestro privilegiado bastión a 3348m de altura, y los vamos desmontando a regañadientes. Al llegar al Ibon Helado (30') comenzamos a encontrarnos con gente que ha dormido allí o que ha salido de Goriz. 

Reflejos.

Ignoramos la subida al Cilindro, ya que está custodiada por un nevero colgante de gran inclinación, y rodeamos por la izquierda el Pitón SW del Cilindro hasta llegar a la plana del Marboré y los Picos de la Cascada (1h30'). Dejamos de lado estas dos cimas (parece que no estamos muy “tachacimas” estos días) y tomamos el camino que, sin perder altura, atraviesa por debajo de la pared que protege la Espalda del Marboré. 

Neveros sin complicaciones.

El camino está plagado de neveros, pero, gracias a su escasa inclinación, progresamos sin ningún material específico. Sin dudar, ascendemos a la Torre de Marboré (3010m; 3h30') y también al Casco de Marboré (3006m; 5h30'). Por el camino, nos hemos parado a sacar algunas fotos ya que cerca de la primera cima, hemos encontrado un mirador espectacular con vistas a la profunda olla de Gavarnie. Se trata de un precioso circo protegido por paredes de 1500 metros que comienza en el Petit Astazu y termina en el Pic de Sarradets. 
El gran circo de Gavarnie.

También comemos un poco, que al ritmo de ingesta que llevamos, vamos a bajar al coche con la mitad de comida que hemos subido, y también con la mitad de grasa. De la segunda cima, solo nos separa un fácil paso equipado por una cadena de la grandiosa Brecha de Rolando, a la que llegamos en una hora (2807m; 6h).

Llegando a la Brecha de Rolan.

Terminamos pronto y la tarde se nos presenta larga. Se nos ocurre pasar a visitar la Gruta Helada de Casteret: sempiterna y curiosa oquedad de visita obligatoria. Por culpa de estos climas tan cambiantes y cada vez más calientes, unos de los pocos lugares en los pirineos donde los hielos ancestrales aún tienen cabida. La entrada está prohibida y el acceso protegido por una valla con el único objetivo de protegerla de agentes externos y de más calentamientos antropogénicos.

Gruta helada de Casteret.

La brecha dispone de múltiples vivacs para pernoctar que, casi con total seguridad, pueden cobijar a más de 25 personas. Nosotros elegimos una perforación oculta y de acceso delicado en el lado francés; se trata de un gran hotel-vivac taladrado en la pared. Después de cenar, cuando está cerca la caída del sol, me calzo la mochila con lo básico para pasar la noche y me subo en media hora al Tallón (3144m). En la cima existen un par de vivacs que pueden resguardar a unos 6 montañeros. El viento azota con fuerza, pero esto no impide disfrutar de un precioso atardecer infinito, de esos que se te queda grabado en la retina y permanecen para siempre en la memoria.

Atardecer desde Tallon.


 Día 4: Brecha de Rolando – Faja de las Flores – Pradera de Ordesa

Ruta en Wikiloc

Amanece desde la Brecha de Rolan.


Me despierto pronto para llegar al “hotel” de la brecha antes del amanecer y poder verlo junto a mis compañeros que han dormido allí. Hoy viernes, tenemos algo más de premura, ya que uno de nosotros tiene que volver a Donosti para cenar. Empaquetamos nuestros bultos, tras desayunar copiosamente, e iniciamos nuestro camino de bajada de los cielos. Dejamos a mano izquierda la gruta helada de ayer y poco a poco vamos abandonando el entorno rocoso que nos ha rodeado, y deleitado, estos últimos días. Nos vamos con pena, pero muy contentos de haber disfrutado de tan magnifico lugar de una forma tan pura y auténtica.

Camino sobre yerba.

 En 50 minutos alcanzamos las primeras yerbas verdes, un entorno muy bonito, el Plano de Millaris, que acoge las aguas de altura que deciden descender al valle por la superficie. Lo cruzamos de principio a fín y bajamos por una trepada poco cómoda al siguiente humedal repleto de meandros que el río dibuja de forma autónoma y espontánea con cada nueva tormenta que descarga sus aguas (1h10'). Proseguimos por el camino de Cotatuero hasta la siguiente planicie herbosa. Aquí el camino más sencillo y con menos pérdida, se dirige a la derecha de forma exagerada con la intención de rodear el terrible karts que se encuentra enfrente nuestro. Sin embargo, nosotros seguiremos un camino más directo y corto osando atravesar el karts por la mitad siguiendo unos hitos bien marcados. Es un camino desaconsejado para días de niebla o de mal tiempo, y aún cuando haga bueno, nos merecerá la pena no abandonar un hito previo antes de vislumbrar el siguiente ya que no conviene perderse en este tipo de terrenos.

Karst laberíntico.

En poco, nos encauzamos en la Faja de las Flores (2h10'). Preciosa faja a 2400 metros de altura que atraviesa en horizontal una de las debilidades de una de las paredes de Valle de Ordesa rodeando el Pico de Salarons. Toma el nombre de las Edelweiss que nacen a lo largo y ancho de la faja. Nos ofrece unas preciosas vistas del Valle de Ordesa casi en su totalidad. Lo único negativo es la multitud de gente que la atraviesa.

Faja de las flores.

En algo más de 2 horas (4h30') recorremos la faja en su totalidad y nos dirigimos en línea recta hacia la pradera; es previsible que las rodillas no estarán contentas tras terminar la bajada que nos espera. En poco tiempo llegamos a la divisoria que nos da opción a bajar por la fajeta o por las clavijas. No conocemos la fajeta, pero si las clavijas, tanto las de Salarons como las de Carriata, por lo que, a pesar del peso que seguimos cargando, nos decidimos a bajar por ellas.

Clavijas de salarons.

No son especialmente difíciles de bajar, en caso de necesidad, existe una reunión para poder montar un rápel en ambas clavijas. La mochila no ayuda, pero bajamos sin muchos inconvenientes y ningún percance. Al llegar a la parte baja, nos dirigimos a la izquierda para acercarnos a conocer la fajeta. Está equipada con un cable y carece de dificultad alguna; únicamente podría suponer algún inconveniente a gente con problemas de vértigo.

Ultimo mirador privilegiado.

Seguimos hacia abajo, ya fuera de todo peligro pero con cansancio acumulado. La temperatura del ambiente comienza a aumentar gradualmente según descendemos y, al entrar en el bosque, el trayecto se nos hace eterno. La Pradera parece no llegar nunca a nuestro encuentro. Por fin, tras 7h desde el comienzo de nuestro camino, alcanzamos el parking donde cogeremos el autobús para bajar a Torla.

Estamos muy agradecidos de haber podido completar la ruta en su totalidad. Si bien es cierto que no hemos ascendido a algunos de los tresmiles que nos hemos encontrado por el camino, no nos arrepentimos de ello, ya que hemos aprovechado el tiempo que hubiesen requerido en disfrutar de otras vistas y opciones. Ha sido una experiencia sin igual y esperemos poder repetirla en un futuro no muy lejano; si la normativa lo permite, claro está.

Desde el Perdido hasta el Tallón

 


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