Travesía en Astun y Pic des Moines


Vistas al Midi d'Ossau.

Mis compañeros de trabajo tenían inquietud por probar el esquí de travesía y, teniendo uno de ellos acceso a una casa en el pueblo de Villanúa, que mejor comienzo que ver a la gente disfrutar del esquí alpino en Astún mientras sudas la gota gorda foqueando. ¡Un plan perfecto y sin fisuras, dos pájaros de un tiro!

El sábado, tras recibir unas nociones básicas de travesía, nos calzamos los esquís en Astún, y comenzamos a ascender por la "Pista de Salida" (Nº20), para luego seguir por "Toboganes" (Nº18) para llegar al Ibón de Astún. La subida en total nos llevaría aproximadamente hora y cuarto.

Caseta del Ibón de Astún. Nevando.

Tras tomar un tentempié, descendimos hasta el coche dispuestos a realizar una segunda ascensión.

Comenzamos de nuevo por "Pista de salida" (Nº20) para luego girar hacia la zona de "Los Tubos" (Nº57) por fuera pista, buscando el terreno más asequible y disfrutón alejándonos de la tentadora diversión del esquí alpino. Tras ascender a un montículo que linda entre el valle Canal Roya y el valle Astún, nos lanzamos a realizar nuestro último descenso.

Punta Malacara atestigua nuestras hazañas.

Tras asentar bien las bases, el domingo nos propusimos un objetivo más ambicioso: ascender al Pic des Moines. Es una ascensión muy habitual para principiantes o para cuando hay condiciones inestables del manto. Desde lo más alto de la estación de Astún, comenzaremos a foquear por "La Rabosa" (Nº61) para, tras el primer escalón, girar a mano izquierda y adentrarnos en un tramo. Foquearemos por el fondo del valle prácticamente hasta el final del mismo, dónde comenzaremos a acercarnos a la ladera izquierda para poder ir ganando altura. En esta época del año, los calvos son notorios y considerables y, por tanto, trazaremos el recorrido para intentar no quitarnos los esquís.

Sobre el Ibón de Escalar.

Track del domingo.

Una vez superado el escalón hasta el Ibón de Escalar, atravesaremos sobre las heladas aguas y nos dirigiremos a la ribera opuesta donde se aprecia una vaguada. Seguiremos la misma, que gira a mano derecha hasta alcanzar el Coll des Moines, desde dónde obtendremos unas magníficas vistas al Midi d'Ossau. Desde aquí, nos queda dibujar el trazado más cómodo hasta ganar el hombro previo al pico. Tras sustituir los esquís por crampones y los bastones por un piolet, ascendimos al Pic des Moines. Tarea nada sencilla y algo arriesgada si no se pone toda la atención en cada paso que se da. Magnifica cima que nos permite disfrutar del blanco entorno en el que nos encontramos. En el descenso, aún más peligroso que el ascenso, no podemos cometer ningún traspié.

Dry-tooling en el Pic de Moines.

Pic de Moines.

De vuelta al hombro, llenamos el buche al tiempo que disfrutamos de las magníficas vistas y de la preciosa ascensión que nos hemos metido entre pecho y espalda. Desde aquí, parece que en la misma jornada se pueden empalmar el Pico Escalar, la Punta Torrullas y el Pico de Astún en una misma jornada... ¡queda pendiente!

La última cuesta inclinada.
 

Para el descenso, volveremos al Col des Moines y dibujaremos una diagonal que nos deja en el promontorio rocoso que retiene las aguas el Ibón de Escalar. Desde aquí, nos lanzaremos por la ladera más amplia que encontremos para volver a la base del valle y regresar a Astún.

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