Talai Bidea Trail

El track.
El domingo participé por primera vez en carrera competitiva por montaña. En 2021 tomé parte en la Hiru Haundiak, pero con el único objetivo de disfrutar y acabar, sin ninguna ambición a nivel de puesto o tiempo. Esta vez ha sido diferente...

Se trata de una carrera asequible, cortita, en terreno conocido y que transcurre por un paraje inigualable. Disfruté junto a otras 500 personas participantes, y mucho público a lo largo de todo el recorrido, de un día magnífico para apretar el ritmo, soleado pero fresco y algo ventoso (mayormente a favor). Conocía casi la totalidad del recorrido y no temía a lo desconocido; ese exceso de confianza puede haber sido una de las razones para no cumplir uno de los objetivos que tenía marcados: finalizar en 2 horas y 40 minutos. A retrospectiva y en resumen diría que la carrera fue bien. Es curioso “competir” en caminos que recorro asiduamente y el puntazo de la barca y las vistas de Jaizkibel son difícilmente superables. Al final la terminé en cerca de tres horas, aunque sufriendo bastante, pero me ha servido para conocer las condiciones en las que me encuentro actualmente. Hablemos de ello:
  • Suficiente fuerza: considero que las cuestas arriba fueron mi fuerte, adelanté a mucha gente sin casi jadear y sin sentir excesiva fatiga muscular. De momento, creo que progreso adecuadamente en este punto.
  • Falta de técnica en descenso: a pesar de que me muevo bien en terrenos muy abruptos, tengo pendiente trabajar mis bajadas para el resto de ocasiones, como pueden ser las pistas, y los caminos. No consigo soltarme, no recupero el tiempo perdido en la subida y empeora la sensación del estado general de mi cuerpo. Para colmo de males, las piernas se me cargan y me entra el flato.
  • Respiración deficiente: hilando con el punto anterior, tengo una rutina de respiración muy deficiente para este tipo de pruebas. No reluce casi nunca, porque no suelo apurar, pero cuando hace falta, no responde y me deja tirado. Una respiración arrítmica y por la boca me hace perder la compostura y me da más sensación de sed y, por tanto, más necesidad de hidratación. Cuando me doy cuenta intento enmendarlo, pero, al despistarme, me vuelve a suceder.
  • Falta de resistencia: a pesar de que mis músculos están habituados a ejercicios prolongados, llevo mucho tiempo sin realizar un entreno de volumen y eso se nota.
  • Descanso: por mucho que te controles, una sidrería el día previo no ayuda en nada para un trail de estas características y nivel.
Aparte de todo esto, la estrategia de la carrera no estaba al nivel de mi estado físico (lo planificado -> lo que ocurrió en realidad):
  • Comenzar fuerte, y en Ulia intentar mantenerme entre los “primeros”: siempre podré descansar en la recta del puerto y la barca. -> Dicho y hecho. Crucé Ulia en 39 minutos (posición 60), ¡todo un hito!
Foto de Flickr. A la derecha yo, bloqueando los botones del reloj.
  • Mantener un ritmo estable en la subida a Jaizkibel: paso a paso, sin ir demasiado rápido, pero sin ceder ante el jadeo. -> Mejor de lo esperado, adelanto a mucha gente sin gran esfuerzo y sin apenas ser consciente.
  • Recuperar en el descenso a la costa: al ser mayormente bajada, debía recuperar las piernas sin perder excesivo tiempo. -> Al final, resultó que la bajada tenía un par de subidas que no esperaba y me rompió el ritmo. Esto añadido a, como he anotado antes, mi ineficiencia en las bajadas, tuvo una consecuencia nefasta, más que soltar, agarrotamiento muscular y flato.
  • Rompe-piernas de la costa: sin prisa, es un lugar precioso, disfrútalo. -> Tras la lamentable bajada, nada pude hacer durante el tramo de costa para recuperar ni para enmendar mis errores salvo perseverar.
Rompe-piernas en la costa.
Para apreciar el cansancio de cerca.
  • Subida a Guadalupe: se trata de la última subida, no te fundas pero tampoco aflojes, ya falta poco! -> Las piernas aún seguían respondiendo pero estaban ya muy justitas tras las dos fases anteriores. Yo creo que mantuve el tipo, aunque se veía que la gente iba mejor que yo, y eso, en cierta medida, te mina la moral.
  • Bajada a Hondarribi: hacer lo que se pueda con lo que se tenga, se trata de los últimos 3 kilómetros de la carrera y mayormente en bajada, por lo que hay que darlo todo. -> tras unos excesivos - aunque necesarios - 3 minutos parado en el avituallamiento de Guadalupe para estirar un poco, comer y beber, hago lo que puedo para bajar con mis piernas agarrotadas y con amagos de calambres. Los últimos 800m antes de meta, fueron todo un calvario.
Celebrando la llegada, a pesar de los pesares.
 
Por último añadir el inusual registro del pulsómetro, que claramente apunta a una descoordinación entre mi condición física y la estrategia planteada. Se puede ver claramente como la fatiga penaliza la segunda mitad de la carrera, dónde las piernas dejaron de responder:



Pantallazo de la APP Suunto.


Menos mal que allí me esperaban mis animador@s personales, que se acercaron para apoyarme con una cervecita al sol del mediodía. Comimos en un lugar sencillo llamado Muliateko Giroa, cerca de la meta y nos retiramos a casa a descansar.

Terminar agradeciendo a todo el mundo que hace posible estos eventos y a l@s que los terminan convirtiendo en toda una fiesta. Especialmente a las personas que me han seguido, apoyado y animado durante el proceso. Mila esker!
¡¡El año próximo más y mejor!!

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