(cuasi) Integral de los Alanos y Peña Forca

El tiempo pasa rápido, y casi sin darnos cuenta, nos cercioramos que llevamos largas semanas sin profesar nuestro credo en los pirineos. Este fin de semana, gracias a la alineación de los astros, y a una serie de coincidencias favorables, vamos a poder disfrutarlo por completo en montaña.

Pared norte de los Alanos

La Peña Forca, aunque modesta en altura y sencilla en dificultad, será probablemente la cima con más intentos de ascensión fallidos en nuestra cuadrilla. Ésta, podría ser una excelente oportunidad para un nuevo intento de ascenso, y, ya de paso, todos los montes circundantes a la magnífica meseta herbosa de Los Alanos:

  • Alano d’Arralla
  • Peña Forca
  • Achar de Forca
  • Rincón de Alano
  • Mazandú
  • Agullas d’Alano
  • Achar de Alano
  • Peña de Alano
  • Punta Taxeras
  • Ruzquia
  • Espelunga
  • Trasveral Occidental
  • Traveral
  • Zotarola
  • Peña del Cuello Marcón

 Día 1, viernes:

Salimos lo antes posible hacia el Camping de Zuriza. Desde allí, subiremos por la pista para aparcar el coche en Llano de Tacheras, situado a unos 3km.

Atardecer desde las alturas.

Organizamos las mochilas con comida y agua para dos días, saco, esterilla, hornillo y cazuelas, y salimos cuesta arriba hacia el paso de Tacheras. Tras una hora, alcanzamos la base de la característica brecha a la izquierda del Achar de Alano. A su derecha existe otra brecha gemela, pero ésta NO permite el acceso a la meseta. En menos de media hora llegamos al collado y justo antes de que la luz del día nos abandone, y deje paso a la oscuridad, alcanzamos el refugio libre de Los Alanos (desconozco su nombre oficial, que seguro que lo tendrá).

¡Vaya horas para subir!

El refugio al anochecer.

La pequeña edificación pastoril está bastante bien cuidada y se compone de dos estancias, ambas con ventanas abatibles, algo muy de agradecer en determinadas épocas del año. Una de las estancias se usa de almacén y la otra de habitáculo para dormir y cocinar. El suelo es de hormigón y está limpio aunque con intensas lluvias podría filtrarse algo de agua por la pared. Existe un riachuelo cerca que, casi con toda probabilidad, en pleno verano esté completamente seco. Nosotros hemos llevado un plástico de pintar para cubrir el suelo y aislarlo de la posible humedad y lo hemos dejado allí, bien seco, para que lo utilice quien lo necesite en el futuro, cumpliendo así una de las normas más elementales del montañismo, la solidaridad.

La entrada/almacén del refugio.

El habitáculo.

 Día 2, sábado (track 1 y 2):

Madrugamos considerablemente ya que se esperan fuertes tormentas a partir del mediodía. Comenzamos nuestra ruta ascendiendo al Alano d’Arralla y siguiendo el cordal hacia el este y perdiendo siempre la mínima altura posible, iremos ascendiendo todas y cada una de las cimas, picos, montes, antecimas, hombros, tachuelas, lomas, protuberancias y promontorios que nos encontremos por el camino ¡todo lo ascendible!

La pradera de los Alanos desde el Alano d'Arralla.

Así, subiremos al Peña Forca y al Achar de Forca desde dónde tendremos una panorámica magnífica del Valle de los Alanos, del Castillo de Acher, de la zona del Hiru Erregeen Maila, el Bisaurin, el Midi, etc.

En la cima del Peña Forca

Después, pasaremos al otro lado del valle para llegar al primero y más alto de los Alanos, el Rincón de Alano. Desde aquí se abren las vistas al Llano de Tatxeras y Mazandú. También veremos alineados todos los Alanos que nos quedan por ascender.

Rincón de Alano desde Peña Forca.

Peña Forca y Achar de Forca desde Rincón de Alano.

Bajaremos, siempre por el punto más alto, asomándonos a los múltiples miradores que vayamos encontrando por el camino y ascenderemos al Mazandú y, por último, las Agullas d’Alano.

Mazandú y el valle de los Alanos mientras subimos al Rincón de Alano.

Ya nos ha dado el mediodía y dirigimos nuestros pasos de vuelta al refugio, con la inquietud de que alguno de los cumulonimbos que se desarrollan a nuestro alrededor, descargue con violencia toda su ira sobre nosotros.

Alano d'Arralla desde la zona del Mazandú. Recorrido en rojo.

Achar de Alano y Ralla de Alano (al fondo) desde Agujas de Alano.

Trascurren las horas del mediodía y, aunque el cielo se mantiene amenazante, no nos cae ni gota. Tras reponer fuerzas con una breve siesta y algo de comer, nos animamos a dar un paseo por algunas de las cimas cercanas mientras vemos pasar las horas de la tarde, y acercase la noche.

Recorrido de la mañana desde la Peña del Cuello Marcón.

Así, ascendemos a la cima Peña del Cuello Marcón, desde dónde tendremos una bonita panorámica del Valle de Siresa. Iremos después al Zutarola, para terminar el recorrido en el Trasveral. Desde aquí, veremos el magnífico complejo kárstico que sirve de proección a las cimas que tenemos intención de ascender mañana: el Trasveral Occidental, el Espelunga y el Ruzquia.

El lado este del valle de los Alanos desde el Trasveral.

Me gustan mucho los complejos kársticos, ya que son entornos que por mucho que los recorras, nunca vas a poder descubrir todos sus secretos. Nos limitamos a cruzarlos por los senderos balizados para no ser molestados y desorientados por su indómita orografía y así, se conserven misteriosos de por vida.

De vuelta al refugio, nos pegamos un baño en el riachuelo cercano, construimos un par de hitos para indicar algún camino y nos recogemos al interior del edificio para preparar la cena con las últimas luces del día.

Día 3, domingo:

Se nos pegan algo las sábanas y salimos a andar cerca de las 8 de la mañana. Accedemos al collado del Trasveral, que ayer abandonamos, e, intuyendo el camino a través del lapiaz, alcanzamos el Trasveral Occidental. Trazamos un recorrido por el borde del karst para llegar al Espelunga, cima gemela del enfrentado Ezkaurre, desde dónde tendremos el privilegio de ver a vista de pájaro el río Veral, localizado a mil metros bajo nuestros pies.

Panorámica de baja calidad del río Veral a su paso entre Espelugna y el Ezkaurre.

Nos buscaremos la vida para encontrar el camino más óptimo hasta el Ruzquia, desde dónde tendremos también una vista espectacular de todos Los Alanos enfilados, uno detrás de otro, conformando la gran muralla de Los Alanos.

La pared integra de los Alanos desde el Ruzquia.

Convencidos por el efecto del cansancio acumulado, y la apariencia difícil del Punta Taxeras, decidimos que la última cima a ascender sea la Peña de Alano.

Volvemos al refugio para recuperar todos los elementos dejados allí y retrocedemos sobre nuestros pasos para cruzar el Paso de Tatxeras y regresar al coche.

¡Volveremos, Punta Tatxeras, dalo por seguro, esto solo es un "hasta otra"!

Cartel informativo en el parking.

Recorrido del fin de semana.

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