Sima de Malkorzuri, Aralar

Como siempre corriendo y a última hora, me he acoplado a una salida de espeleología a  una de las muchas simas existentes en Aralar, concretamente, la sima de Malkorzuri.

A algunas de las personas que habitualmente leen este blog les puede sorprender la inclusión en el mismo de una actividad “bajo tierra”, aparentemente en las antípodas de las actividades de montaña; pero, aunque diferente, puedo asegurar que las técnicas y los materiales de ambas actividades se asemejan bastante, al fin y al cabo todo lo que se sube hay que bajarlo y viceversa.

Desde el aparcamiento, nos llevará aproximadamente unos cuarenta minutos alcanzar la boca de la sima que requiere de cuerdas para poder acceder y salir posteriormente de la misma.

La entrada se ubica junto a un haya de varios troncos, enclavado en un lapiaz musgoso y rodeado de pequeños brotes de haya. Un entorno muy bonito y especial, digno de admirar, y repetido con asiduidad a lo largo de la sierra.

Aprovechamos la naturaleza y usamos dichos troncos de reunión, realizamos un fraccionamiento del rápel para evitar roces y bajar durante aproximadamente 30 metros hasta la base de una gran bóveda.

Acceso a la sima.

Rapelando en la oscuridad.

La bóveda, permite cuatro itinerarios en direcciones opuestas.

Depende de cómo bajemos, nuestras referencias serán diferentes, y más tras dar miles de vueltas colgamos durante el rápel. Como ejemplo, delante y detrás, ubicaremos dos galerías de gran tamaño, y a izquierda y derecha otras dos mucho más pequeñas.

Cerca de la base del rápel, encontramos una gran pared musgosa y negra que casi alcanza la entrada de la sima. Mirándola de frente visitaremos las cuatro galerías una a una siguiendo el sentido de las agujas del reloj.

La primera galería que visitaremos es la segunda en tamaño. Caminaremos hasta el fondo e intentado acceder a las diferentes gateras que vamos encontrando por el camino. Dejamos a mano izquierda una muy estrecha y cerca del final, antes de una colada que termina en un Gours, tan sencillo como bonito, entramos a mano derecha en una gatera estrecha que accede a una pequeña galería de unos 10 metros. Como he dicho, "sencillo pero bonito", la belleza de lo simple. Cierra la galería principal un caos de piedra suelta, que parece estar vivo.

 

Investigando las pequeñas galerías.

Volveremos a la sala principal y ascenderemos a mano izquierda para visitar una pequeña galería con formaciones muy bonitas en su entrada. Atravesando la gatera accedemos a una pequeña galería con un derrumbe en el centro. A mano derecha podremos progresar algunos metros más, pudiendo internarnos a su vez a derechas en dos desvíos ciegos, uno de ellos con trepada.

Bolardos anti-gravitacionales.

Gateras, columnas y estalactitas.

Retrocedemos de nuevo a la gran bóveda para descender a mano izquierda y penetrar en la qué es la galería más grande y espectacular de la cavidad. Entraremos viendo de frente dos grandes domos y, entre ellos, una curiosa y bonita estalagmita con auténtica forma de huevo frito. Seguiremos rodeando los domos para progresar al tiempo que encontramos multitud de estalagmitas con muchas formas diferentes. Rodearemos un tercer domo que nos dará acceso a una zona rica en espeleotemas. Estalagmitas, estalactitas, conulitos (antiestalagmitas), gours, banderolas, coladas, columnas y muchos más. Aprovechamos el lugar para sacar multitud de fotografías y dejar constancia gráfica de la espectacularidad del lugar.

 

Sobre uno de los Domos.

Rodeados de esculturas.

El huevo frito.

Abandonaremos la gran galería de techo liso para volver a la gran bóveda y de nuevo subir hacia la izquierda para visitar el último tramo de la cueva. La última pequeña galería a la que accederemos carece de formaciones en la entrada pero esconde un precioso tesoro para los más osados. Atravesaremos una gatera y después rodearemos una sima colmatada de barro para acceder a una brillante colada, blanca como la luna y las estrellas. Para poder ver si la galería tiene continuación, hay que trepar por la preciosa colada. Al tratarse de una formación de tan alto valor estético me abstuve de poner mis sucias zarpas en sus lisas paredes y retrocedí. A la vuelta, tras rodear de nuevo la sima, se puede acceder a mano izquierda a una chimenea-sima de roca caliza pura y negra como el carbón. Limpia de barro y adherente como el papel de lija, permite trepar en dirección ascendente y destrepar en dirección descendente. Se ve que es un tubo en el que cae agua en abundancia en forma de cascada, por lo que, en lo alto, parece lógico pensar que podría haber algún tipo de apertura al exterior o, quizás, otra galería.

 

Últimos metros...

Trepando cuerda arriba.

Saldremos de forma definitiva de la última galería para volver a la bóveda y, utilizando las cuerdas, salir de la cavidad tras unas 3 horas de magnífica actividad. Todo un éxito.

El croquis improvisado durante la salida. En rojo los domos y redondeados en azul las zonas de interés. La primera galería en ser visitada fue la de abajo, y después, en sentido horario.


 

Croquis oficial que tiene ciertas similitudes con el mío.

Más información sobre los espeleotemas en Wikipedia.

Ruta.

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