Incursión al remoto Valle de Acumuer: un tesoro escondido para los amantes de la montaña y la naturaleza

La cabecera del valle de Acumuer, el circo de Bucuesa, es un lugar que suscita mi curiosidad desde hace tiempo. Enclavado en las alturas, por encima de los 2000 metros, queda aislado debido a su largo y difícil acercamiento, independientemente del lugar de partida.

Desde el valle de Aragón (zona Canfranc) lo tenemos muy difícil, tanto por Ip como por Izas. Desde el Valle de Tena, lo tenemos muy lejos, a unos 14km de distancia y 1200m (de los cuales 9km son de pista). La mejor forma de acercarnos hasta el Ibón de Bucuesa, punto neurálgico de la zona, es hacerlo desde el mismísimo pueblo de Acumuer, 12km y 1100m (de los cuales 8km son de pista).

Así, inicio a las 5 de la mañana la caminata, bajo la luz de la frontal, con el único objetivo de pasar el mayor tiempo posible en las alturas, conociendo la zona y reconociendo posibles accesos a las cimas circundantes, en previsión de futuras excursiones.

En hora y media llego al final de la pista, en el centro de una preciosa campa. Se supera las primeras estrecheces del valle remontando la ladera de la derecha y se continúa cerca del río hasta que se vuelve a ensanchar. En una hora llegamos al gran escalón rocoso que defiende la cabecera del valle y sus secretos escondidos. Las cascadas de agua resuenan por doquier pero, en la penumbra, no puedo ver más allá de una forma oscura que se interpone amenazante en mi camino. A la izquierda de la muralla, encontraremos una debilidad en forma de canal que nos permite superar el contrafuerte de una forma torpe pero eficaz y, sin darnos apenas cuenta, alcanzamos la cúspide de la pared.

Desde arriba, se obtiene una perspectiva preciosa de la parte media y baja del valle de Acumuer, ahora parcialmente iluminado con las primeras luces del alba.

Foto hacia atrás, desde lo alto del contrafuerte

Proseguimos nuestro camino hasta el ahora desecado Ibón de Aurín, dónde encontraremos un pequeño refugio, exclusivamente válido para situaciones de emergencia.

Refugio de pastores, solo para emergencias

Sin esperar más, y con intención de adquirir una perspectiva global de la zona del Ibón de Bucuesa, dirijo mis pasos al este, cuesta arriba, hacia el pico Pala deros Rayos. Sin sendero claro, voy superando la abrupta pala de acceso al hombro de la cima. Desde el mismo, obtendremos una bonita foto del ibón, pero no alcanzamos a ver más allá, la zona de la Punta Escarra.

Itinerario de subida al hombro de Pala deros Rayos

El circo de Bucuesa con el ibón en el centro, al fondo la Punta Escarra

Pensando que ya poco nos separa de la cima, camino airoso por el vértice del hombro. De pronto, una pared de unos tres metros impide nuestra progresión. A mano izquierda, un cortado, a la derecha, una losa uniforme de una inclinación aproximada de 35-40º, y al fondo, una afilada cima. Desde la ubicación en la que me encuentro, es difícil dilucidar por donde transcurre la subida normal. Revisando viejos mapas en casa parece que la ruta normal asciende por el valle de la derecha hasta el collado con la Peña Retona, y desde ahí a la cima.

De apariencia sencilla, es una cima difícil de descifrar

En rojo el itinerario seguido. En morado, lo que aparentemente es la subida normal a Pala deros Rayos y Punta Retona

Decido darme la vuelta, y volver hacia el ibón para proseguir por el fondo del valle hasta encontrar otra cima. Una vez abajo, dirijo mis pasos hacia la Punta Arbenuso. Aunque de modesta altura, su forma de proa nos ofrece una preciosa panorámica al valle de Tena. A mano derecha, la Sierra de Partacua y su sombría cara norte. De frente, los Infiernos. A la izquierda, la Peña Foratata y el Pico Balaitous. Invierto cerca de 20 minutos en reponer fuerzas en este enclave que, por su belleza, me resisto a abandonar.

Panorámica desde Punta Arbenuso, a la izquierda la Punta Escarra y a la derecha Partacua

Hasta ahora he caminado con tendencia a la derecha, sin perder la oportunidad de mirar a mano izquierda, dónde una impresionante muralla de casi 300m parece hacer imposible el acceso a las cimas que colindan con el valle de Ip, conformado por Pala de Alcañiz, Os Piquez y Punta del Águila.

Dejamos los verdes prados moteados de blanca nieve para adentrarnos en la parte final del valle de Acumuer, el acceso a Punta Escarra.

El Hombro de Escarra y la Punta Escarra, bien defendidos

Al llegar al collado, la cima principal se alza imponente y aparentemente infranqueable al fondo de la planicie blanca. Trazo una línea imaginaria para no perder altura en la travesía y camino a media ladera en dirección al primer contrafuerte que protege la Punta Escarra.

En el proceso, echo un vistazo a las cimas de la izquierda, los Campanils de Ip y el Hombro de Escarra, en busca de un posible acceso para la vuelta.

Ascenso en rojo y descenso en azul del Hombro de Escarra

Posible vías de ascensión a los Campanils de Ip

El primer contrafuerte se esquiva por la derecha, justo por la base del mismo, pero, al asomarme al otro lado, me detengo. Una pala de nieve congelada de aproximadamente 50-60º se ha asentado en la cara este de la cima, en el lugar dónde en verano existe una expuesta aunque segura travesía a la cara norte, desde dónde asciende la normal. Saco los dos piolet y tanteo la pared. Aunque está en muy buenas condiciones, soy consciente que no es buena idea enfrentar la dificultad en solitario y sin seguros, por lo que desisto de mi intento y vuelvo sobre mis pasos.

Vistazo atrás desde la base del contrafuerte. En rojo el itinerario que he seguido, en morado, dónde parece que transcurre el de verano

Ahora, le toca el turno a las cimas del oeste. Durante la subida, he ido mirando y sacando fotos a las cimas que quedaban a la izquierda del valle. Ahora en dirección descendente, intentaré acometer la subida de algunas de ellas.

Retrocedo bajo el primer contrafuerte de la Punta Escarra, que es también la pared que defiende el hombro del mismo nombre. En la primera aparente debilidad de dificultad reducida, giro a la derecha, dirección oeste, para acometer la subida en línea recta (45º-50º). Las condiciones del pequeño corredor son muy buenas y, sin apenas sudar, alcanzo el final. Ahora solo me queda progresar por la cúspide hasta la cima, dónde me saco una selfi, como prueba para la posteridad, con la Punta Escarra de fondo… ¡volveré!

Punta Escarra desde el hombro homónimo

Desde el Hombro de Escarra, al menos he podido asomarme al valle de Ip, siempre a la sombra de la imponente Collarada.

Valle de Ip, a la sombra de la Collarada

Para el descenso utilizo una especie de corredor diagonal, de inferior inclinación (35º) y dificultad.

Ascensión por la línea roja y descenso por la azul

Miro el reloj, y marca ya las 2 de la tarde. De pronto la magia del lugar se disipa y empiezo a pensar. Si quiero llegar a cenar a casa, debo llegar sobre las 5 al coche. Tengo apenas tres horas para recorrer los casi 15km que me separan del pueblo de Acumuer, dónde he aparcado. Maldito reloj.

Abandono el intento a las agujas Campanils de Ip, que parecen sencillas desde la cara sur, y progreso en dirección descendente. Veo a lo lejos el Ibón de Bucuesa y sigo bajando, persiguiendo la nieve, para no quitarme los crampones de los pies. Llegando al ibón, levanto la cabeza y veo de frente la cima de Somola Alta. A su derecha, un magnifico corredor de casi 300 metros de desnivel da acceso al Macizo de Collarada, desde dónde se puede ascender a la Somola Alta. Esta ascensión también tendré que dejarla para otra ocasión. Me han quedado muchas cosas pendientes en la zona.

Posible ascensión a Pala de Alcañiz

Marcados en rojo los posible itinerarios para ascender a la Somola Alta

Detalle de la ascensión por la cara este
 
Detalle del detalle de la cara este

Llegando al ibón, me encuentro, para sorpresa propia y ajena, con una especie difícil de ver por estos lugares, el homo sapiens. Un grupo de tres personas, otro de dos y por último un corredor solitario con el que intercambio experiencias a orillas del Ibón de Bucuesa. Es de Sabiñanigo y conoce muy bien la zona. Le pregunto, y amablemente me informa, por los diferentes senderos del lugar para volver con una idea clara la próxima vez.

Ibon de Bucuesa

Sobre las tres de la tarde abandono el ibón, paso por el pequeño refugio y me asomo al balcón del valle de Acumuer, ahora ya mucho más luminoso.

Valle de Acumuer

Desciendo por la debilidad (a mano derecha según se baja) y a paso ligero desciendo sin sendero evidente hasta el inicio de la pista. Por la mañana, no he podido ver nada, pero ahora admiro la belleza de la zona. Al final del amplio valle, antes de adentrarse en las montañas, la rivera se abre en amplias praderas verdes moteadas de árboles y cabañas de piedra. Verdaderamente bonito este valle tan remoto.


Escalón rocoso que da acceso al circo de Bucuesa

Empaco bien la mochila, ajusto las cinchas al cuerpo y parto a ritmo vivo en dirección descendente... ¡Volveré seguro!

El viento levanta los cristales de nieve que forman colores en el nuboso cielo

Un rojo atardecer se despide de mi nada más llegar al coche
 
Para los menos tradicionales, y los que han llegado hasta aquí, dejo la ruta en Wikiloc.

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