Finde ciclista en Araba

El primer fin de semana de este mes, nos hemos acercado a Álava, para disfrutar de uno de los escasos lugares donde el tiempo parece que va a dar algo de tregua. El plan inicial era ir a Alloz, pero entre la previsión y los San Fermines...
Así, salimos el mismo viernes a Landa, al parking del tan aclamado pantano de Ullibarri-Ganboa, la denominada playa de los alaveses.
El sábado, tras un perezoso despertar con niebla baja, cogemos las bicicletas para realizar la vuelta al pantano. Como aún nos estamos haciendo a ellas, en lugar de hacerlo todo por la pista que podría resultar más complicado, comenzamos por la carretera dirección este.
Ciclando por la mañana.

Nunca lo he descrito en el blog, pero las carreteras alavesas son un enorme tesoro para la bicicleta de carretera y, encima, los conductores son, por lo general, muy respetuosos. En mi juventud he invertido cientos de kilómetros por estos lares y puedo hablar con conocimiento.
Terminando la cuesta de Maturana.

Al llegar al cruce, viramos al sur, hacia Maturana y, tras superar la empinada cuesta, seguiremos bajando hasta que, de forma abrupta, viramos a la derecha para entrar por una pista de gravilla, justo antes del cruce a Mendixur, hacia el parque ornitológico homónimo.
Foto en los prados.

Por la pista de gravilla.

Selfi de felicidad sobre la marcha.

Tras un par de kilómetros, accedemos al sendero/pista que, pegado a la orilla, bordea todo el pantano, y lo recorremos con celeridad. Al rodear la orilla, es mayoritariamente plano, y, por lo general, tiene un piso firme y poco roto, por lo que ciclamos sin dificultad y disfrutando del entorno.
La rodada se estrecha.

Al fondo, el pueblo de Azua, casi abandonado.

En el puente.

Azua.

Estirando.

Llegamos de pronto al largo puente que acorta a 31km la larga vuelta de 45km que supondría rodear todo el embalse por la orilla.
Seguimos recorriendo la orilla hasta llegar a Nanclares de Gamboa, de dónde salimos por la carretera asfaltada para, pasando por la presa y por el pueblo de Ullibarri-Gamboa, volver al punto de partida, Landa.
Cerca de 35 kilómetros de sencillo disfrute, con panorámicas y tramos muy diferentes; lugar muy recomendable.
Tras la comida, con la intención de entrenar algo de forma desesperada antes del Trail de Molieres, que tendrá lugar el fin de semana que viene, salgo con las zapatillas para recorrer parte de la subida de la Hiru Haundiak a Elgeta. Asciendo hasta el Usako Atxa y vuelvo a bajar por un sendero de descenso en BTT de vuelta al pantano.
Caballos en los montes.

El pantano desde las alturas.

Tras visitar por la tarde a varias amistades locales, la noche siguiente la pasamos en el pueblo de Araia, en la nueva zona de autocaravanas que, al menos de momento, sigue siendo gratuita.
El domingo, planeamos una vuelta algo aventurera por la llanada, sin tener muy claro el recorrido, y nos metemos por carreteras y pistas de forma indistinta trazando, algo ineficientemente, una poco aconsejable vuelta circular para volver a Araia.
GIF del entorno.

La verdad, finde sencillo y de disfrutar de las pequeñas cosas que a veces pasamos por alto, ¡puro relajo!

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