Escalada en Coll de Ladrones

El sábado sustituimos el ansiado plan de ir a esquiar por un paseo por el monte Sayerri, dejando constancia de ello en otra entrada de este blog.

El domingo, decidimos practicar un poco de escalada en la escuela de Col de Ladrones. Accesible y con un par de IV+ y  cinco V+, que nos van a permitir exprimir al máximo y tantear las capacidades del grupo.

La pared de la escuela, ¡ataque al fuerte!

Al final del pueblo de Canfranc-Estación orientada al sur, la pared caliza forma parte, totalmente integrada, de la muralla defensiva del fuerte de Coll de Ladrones, diseñada para proteger el paso pirenaico de Somport contra los franceses. Primera edificación en 1758, aunque fue reedificado casi al completo en 1900.

Cartel poco informativo a pie de vía.

Podemos encontrar los croquis del sector en estos dos blogs:

La pista de acceso está abierta y acercamos los coches hasta una curva muy marcada de 180º, dónde aparcaremos para proseguir andando los últimos cientos de metros hasta la base de la pared. A estas alturas del año, el sol ya calienta la roca a partir de las once de la mañana, y fue entonces cuando fuimos nosotros, huyendo de las bajas temperaturas mañaneras.

Calentando con Flin, V+

Descendiendo de Pepón Valenzuela, IV+

Para calentar, e ir abriendo el apetito, abrí la vía PepónValenzuela (IV+, 30m) y después la vía Flin (V+, 15m). En estas dos vías estuvimos casi toda la mañana los 9 turnándonos, para aprender en conjunto y disfrutar del entorno.

Dándolo todo al final de Rudolf, IV+

Después, desplazamos la cuerda de Pepón a la vía Rudolf (IV+, 15m). Hecha ésta, probé a ascender la vía Spray (6a) de segundo. Ya teníamos el tiempo encima y decidimos dar por concluída la experiencia, recoger las cuerdas y retirarnos al apartamento a comer. De haber dispuesto de más tiempo, hubiéramos abierto los tres V+ a la izquierda de Rudolf: las vías Fisura del Techo, El Mozé y Enanos.

Descolgándonos de Flin, V+

No escalamos cantidad, pero si aprendimos muchas cosas sobre este hermoso deporte, la escalada, del que soy forofo acérrimo, el compañerismo, el valor de los consejos, notas de psicología aplicada y, también algo sobre el miedo. Un fin de semana completo con un tiempo espléndido que nos permitió hacer de todo, salvo esquiar, ¡claro está!

Una vez más se hizo bueno el refrán: "no hay mal que por bien no venga".

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