VIII RAID Debabarrena - Elgoibar

Este año, por segundo año consecutivo, he acudido, ésta vez en petit comité, al Raid Debabarrena, que se celebra cada año en Elgoibar.

He convencido a mi padre para formar equipo y que me acompañe en la experiencia, ya que él nunca había realizado algo similar.

Este año, la prueba consistía en dos secciones, una de trekking y otra de BTT. Dentro de la sección de trekking había dos pruebas especiales, a saber, boulder y orientación específica. Las balizas de BTT se habían diseñado para realizar dos recorridos, uno corto y otro largo, este último con mayor dificultad.

Salimos a andar desde el parking de Aittola, el típico lugar donde estacionamos el vehículo para subir al Erlo, y se nos facilitó el siguiente mapa:

S1: Trekking. En morado, el recorrido planificado y en rojo, lo realizado. Una vez más, hacemos bueno el lema de este blog.

Por la falta de experiencia, nos cuesta un rato definir el plan, aunque después parece evidente. Dejamos la baliza 1 para el final y nos dirigimos hacia la baliza 8, a través de una abrupta subida muy resbaladiza, hasta la cima del Gaztelu, dónde conseguimos nuestros primeros 2 puntos.

Seguimos, lógicamente, a la caza de la baliza 9, ubicada de forma original dentro de una cueva, y después a la 10, de difícil localización ya que estaba en una pendiente ascendente, muy escondida en un árbol tumbado.

Después, seguimos el cordal hacia la baliza 20, pero por más que la buscamos durante al menos media hora (subiendo y bajando sin cesar, y dando vueltas en círculos), abandonamos el intento (y con ello los 2 puntos asociados) y nos dirigimos corriendo a por la 17, en lo alto del cordal, de sencilla ubicación.

En la cima del Kakueta, baliza 18.

Proseguimos por lo alto hasta la cima del Kakueta, donde picamos la baliza 18 y nos permitimos un ligero descanso antes de descender de la cima hacia la ubicación de las pruebas especiales. Por el camino, recogemos la baliza 19.

En lugar de trazar rumbo, nos dedicamos a sacar fotos a los buzones. ¡Un RAID alternativo! Como podéis observar, "al mal tiempo buena cara".

Al llegar a las pruebas especiales, comenzamos con la orientación específica, dónde nos daban unos rumbos absolutos (lo cual no se advertía en ningún sitio) en grados, y debíamos encontrar algunos carteles y sumar los valores inscritos para dar el resultado al responsable de la prueba.

Después, realicé una rápida travesía por el boulder de ida y vuelta para sacar los puntos restantes; paramos a mirar el reloj, y decidir nuestros siguientes pasos.

Llevamos solo dos horas de prueba, pero la "emoción" del inicio nos pasa factura y las piernas comienzan a quejarse. Decidimos alejarnos un poco más, hasta la baliza 13, y luego retroceder lentamente hacia la transición recogiendo las balizas que pudiéramos ver por el camino.

Dicho y hecho, subimos a la cima del Primer Erlo (el Erlokurutz) para llevarnos dos puntos más y trazamos la vuelta a la transición recogiendo las balizas 12, 16, 15, 14 y 1.

Así, tras engullir una barrita para mantenimiento, nos dirigimos cuesta abajo a por la baliza 12, que encontramos sin grandes dificultades, y después, nos animamos a por la 16, que dada su valoración con 4 puntos, iba a ser, seguro, un hueso duro de roer.

El cordal que hemos pisoteado a lo largo de la mañana. Al fondo, el Erlo.

Perseguimos sin éxito un sendero que parecía de lo más lógico para dejar de mirar caminos, y fijarnos en los contrastes claro/bosque y el moteado del karst. Así, comenzamos el descenso por un claro y al finalizar trazamos un rumbo, algo equivocado, que nos dejaba en un nuevo claro. Buscábamos una dolina, y no éramos los únicos que buscábamos por ese lugar. Proseguimos bajando, siguiendo de forma intuitiva al resto de participantes, con la esperanza de que nos enseñarían el camino, pero no fue así. En un momento, decidimos retroceder sobre nuestros pasos y recuperar las claras referencias que habíamos tomado desde el principio. Así, al retroceder, cambiamos la perspectiva, y siguiendo la intuición, y no los pasos de ningún otro, terminamos encontrando a dos personas planificando el recorrido al fondo de una dolina, ¡bingo!

La búsqueda nos ha desgastado, y decidimos regresar sin mayores desvíos hasta la transición. Por el camino recogemos la 14 y al final la 1, recopilando un total 32 puntos.

Bajando de la baliza 1 a la transición. Lo nuestro no son las prisas.

En la transición, realizamos un copioso almuerzo probando la práctica totalidad de los alimentos del avituallamiento para coger fuerzas y poder afrontar el resto del reto, la sección de BTT. Esta estaba repartida en dos mapas:

Primer mapa de S2: BTT. En verde el itinerario planificado y en rojo el realizado.

Segundo mapa de S2: BTT. En verde el itinerario planificado y en rojo el realizado.

En cuanto procesamos los mapas, nos percatamos de que nuestro camino no iba a ser el largo, sino el corto. Así, esquivaremos el inevitable ascenso a una cima, y los posibles contratiempos del terreno inexplorado y desconocido.

Eso sí, nos tomamos nuestro tiempo para recoger todas las balizas del recorrido corto.

Comenzamos por carretera, dónde, con un breve desvío, recogeremos la baliza 21. Después, nos alejaremos hasta la 22, con algo más de intríngulis, y, seguidamente, la 23.

Tomamos de nuevo la carretera para, en un momento dado, abandonarla en busca de la baliza 37, que nos costará alguna caída que otra debido a la pátina de liquen que cubre la resbaladiza roca mojada del suelo.

En la última subida, de la baliza 38 a la 39. Cansados pero contentos.

Seguimos bajando para recoger la 38 y realizamos entonces la última subida de la prueba, a por la baliza 39, dónde tenemos, incluso, que bajarnos de la bici para progresar. Desde aquí, una estrecha pero muy cómoda pista, nos irá bajando a través de las dos últimas balizas (la 40 y la 41) hasta el polígono industrial. Desde ahí, solo nos quedará descender al pueblo para remontar la empinada cuesta al centro deportivo de Mintxeta, lugar fijado por la organización para finalizar el recorrido.

Al llegar, sobre las 16:15, nos percatamos que somos de los primeros, ni siquiera se ha montado todavía la meta. En bici, hemos logrado acumular 10 puntos (el máximo), sumando la friolera de 42 puntos.

Poco a poco va apareciendo más y más gente, pero nosotros nos vamos a la ducha para quitarnos la esencia a esfuerzo y montaña que llevamos impregnado por todo el cuerpo.

Pasadas las 5 de la tarde, aún quedan varios grupos sin llegar, entre ellos, varios favoritos. La gente comenta las dificultades del tramo largo de BTT y nosotros nos alegramos tremendamente al haber tomado el camino corto y directo para salvar el culo y el orgullo.

Ahora, revisando las clasificaciones, resulta que, efectivamente, fuimos el primer equipo en llegar a la meta. Terminamos en 9ª posición pero a 1 punto de la 7ª. Si hubiéramos encontrado la baliza 20, o si nos hubiéramos animado a por la 15, ese sería nuestro puesto. Si hubiéramos, si hubiéramos,... Una vez de visto, todo el mundo es listo... lo mismo nos pasó en el campeonato de España del Valle de Tena.

Estas pruebas son así, no sabes en la posición en la que vas hasta que se plantan los resultados en la clasificación.

La verdad que fue un disfrute total, no tuvimos mucha prisa, salvo al principio que nos dejamos contagiar, y tomamos decisiones conscientes y consensuadas (la mayoría jejeje). El año que viene ya se verá, pero está claro que, teniendo en cuenta la experiencia y el resultado, ha pasado a nuestra lista de visitas anuales recomendables.

Aquí el track de la jornada.

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