Viaje a Marruecos, parte 1: el Alto Atlas

Éstos últimos San Juanes nos hemos decidido a realizar un viaje familiar a Marruecos, y en esta primera frase, se condensan las dos características especiales de esta salida; por un lado, la experiencia ha sido en familia; y, por el otro, el viaje a otro continente para la experiencia.    

La mitad de las vacaciones las pasaremos en el Atlas y la otra mitad aprovecharemos para turistear un poco visitando las ciudades de Essaouira y Marrakech.

Debido a la longitud del post, por tener mucho que contar, voy a dividirlo en varias entradas; y es que ha sido un viaje intenso y extenso, en el que hemos vivido casi de todo.

 

Comencemos pues con la primera parte:

Acceso al parque nacional.

Por desgracia, aunque supongo que era necesario, desde hace pocos años es obligatorio un guía para moverse por el parque nacional, por lo que nos pusimos en contacto con un tal Rafa Jurado a través de un hilo en Nevasport para presentarle nuestras intenciones: ascender a los 11 cuatromiles de la zona del Toubkal en 4 días.

Rafa parece ser una agencia de viajes que organiza salidas al Toubkal. Con él, cogimos todo lo relacionado con los días en el Atlas: taxis, media pensión en Imlil, media pensión en el refugio y el guía.

Día 1:

Llegamos al aeropuerto sobre el mediodía, y allí nos esperaba Kamal, encargado de llevarnos en taxi a Marrakech, cambiar moneda en el Hotel Ali y coger un Grand Taxi de 6 personas para llegar a Imlil.

El hombre nos recogió, nos sacó del aeropuerto, nos llevó a una carretera cercana con múltiples carriles y nos colocó a la sombra (éste era un buen comienzo del servicio). Al vernos allí parados, los taxis se acercaban a nosotros e intercambiaban lo que para nosotros eran gritos incomprensibles en un idioma desconocido. Pudimos ver como varios taxis, no contentos con la oferta que les hacía Kamal, cerraban la ventanilla con algún exabrupto también incomprensible para nosotros y abandonaban el lugar. Así se sucedieron varias ocasiones similares, hasta que uno de ellos se decidió a aceptar la oferta y llevarnos a Marrakech. Todo fue pura improvisación, aunque supongo que es habitual en estos lares.

Una vez allí, fuimos a cambiar dinero al hotel Ali y regresamos a la parada de taxis a la espera de que uno se llenara con 6 personas en dirección Imlil.

Llevábamos maletas además de las mochilas, y fue muy costoso llegar al riad de Imlil, escondido en una callejuela a unos 5 minutos de la carretera transitable donde nos había dejado el taxi. El alojamiento se llama "Gite Atlas Mazik" y lo llevan Haman y su familia. Y aunque suena bien y tiene buenas vistas, más adelante veréis los motivos por los que no aconsejamos el lugar.

Viendo pasar las horas antes de la cena.

Por la tarde, descansamos un poco y esperamos la llegada de la cena y del guía, Hamid, que nos visitaría justo en el mismo momento en el que terminábamos de chuparnos los dedos. Con él, concretamos el plan, pero, sobre todo, la hora de salida del día siguiente, las 6am.

Nos fuimos a dormir con la intención de descansar al menos 8 horas y despertarnos a desayunar a las 5:30 de la mañana (que es lo que habíamos quedado con Haman y con el guía).

Día 2:

Subida al refugio y subida a las cimas. 

Tras despertarnos, estuvimos deambulando (dentro del edificio, ya que la puerta estaba cerrada con llave) sin noticias de nadie hasta que a las 6:45 llegó el guía y despertó al padre de Haman para que nos preparara el desayuno. El enfado del guía era tan importante como su retraso y el nuestro, como no podía ser de otra manera, el doble… comenzaba bien el día…

Barrio superior de Imlil, al fondo el Toubkal.

Salimos sin dilación por la carretera hacia el barrio superior de Imlil, Aroumd, y, seguidamente, nos adentramos en una senda que nos lleva valle arriba de forma muy cómoda.

Rápidamente, llegamos al puesto de control policial, donde el guía Hamid nos pedirá los pasaportes para que la policía nos fiche. Seguiremos nuestro camino hasta el santuario Sidi Chamharouch, más conocido como "la piedra blanca", donde Hamid se pararía a descansar y a tomar un té. Nosotros decidimos seguir sin perder el buen ritmo que llevamos y nos aventuramos montaña arriba siguiendo el camino que zigzaguea por el valle.

Llegando al santuario.

Tras 4 horas y media, llegamos por fin al refugio y pudimos desprendernos de las pesadas mochilas, así como de las preocupaciones y dudas, propias de los europeos, que abrumaban nuestros pensamientos: ¡hemos llegado al campo base!

Campo base.

Sobre las dos de la tarde, sin mucho más que una ligera picada y algunos buenos tragos de agua, nos volvemos a calzar las botas para subir a las primeras cimas de la "expedición", los monte Ras y Timesguida del sector Ouanoukrim, el más sureño de todos.

El sol castiga con fuerza, y nos cuesta una eternidad llegar al collado de Tizi n'Ouagane, por mucho que el reloj se empeñe en decirnos que solo ha pasado hora y media... ¡maldita tecnología! Desde el collado, ascendemos directos por el vértice hacia la cima de Ras, lo cual nos obligará a trepar un poquito (I) y a realizar algunas viras para alcanzar el gran pedregal cimero, por el que progresaremos sin dificultad aunque de forma muy costosa hasta la cima misma. Se trata de una cima gemela, y la más alta es la que queda detrás (4083m). Esta cima tiene unas magníficas vistas de la zona de los cuatromiles del entorno. Con la ayuda de Hamid, pasamos algunos minutos identificando a dedo cada uno de los picos que nos rodean.

Cima Ras.

Timesguida desde el Ras.

Tras un merecido descanso, descendemos en dirección sur hacia la evidentísima cima redondeada del Timesguida (4089m), la segunda cota más alta del Atlas, con unas vistas espectaculares hacia el sur de la cordillera, en dirección a, lo que parece, una zona muy desértica. Nos ha costado llegar unas 3 horas y media hasta aquí, pero nos han parecido una eternidad. Y sin relajarnos demasiado, tomamos el camino de descenso, el cual coincide casi al 100% con el de ascenso. En el collado, nos permitimos un pequeño receso ya que calculamos que nos queda una hora hasta el refugio y tenemos la impresión de haber dejado atrás la peor parte.

Cima Timesguida.

Abandonando los 4000 metros.

Durante la jornada, hemos visto como a las botas de mi aita les ha ido entrando cada vez más y más hambre, y se han decidido a hacérnoslo saber despegando la suela de caucho del cuero rojo formando, lo que parece una boca muy grande. Nos pasamos las horas restantes del día buscando cuerdas y cordinos para intentar remendar de alguna forma artesana e improvisada semejante despropósito.

Día 3:

Subida al Toubkal

La mañana siguiente, calzando unas pequeñas zapatillas que tuvimos que alquilar en el refugio por 100 Dirham el día, comenzamos a dar pasos en dirección al Toubkal. Durante la subida, nos cruzamos mucha gente que descendía tras haber visto el amanecer en la cima, o al menos, habiéndolo intentado. 

Ascendiendo al Toubkal Oeste, detrás, el Toubkal.

Ascendimos rápido al pequeño Toubkal, o el Toubkal Oeste (4030m) y sin apenas dificultad ni demora, llegamos a la que con 4167 metros, es la cima más alta del norte de África, ¡¡el Jbel Toubkal!!

 

Cima del Toubkal.

Magnífica ascensión, aunque el camino esté bastante trillado. Se nota muy positivamente nuestra aclimatación del día previo. No os había contado nada, pero desde que conocemos a Hamid, nuestro guía, hemos tenido discusiones recurrentes sobre si ascender o no a la Aguja de Ifni o Aiguille d'Ifni, un cuatromil muy cercano al Toubkal, pero que por lo visto nadie asciende. Las únicas referencias que he encontrado realizaban toda la cresta de Ifni (al este del Toubkal) o fracasaban desde la propia cima. El guía mismo nos dijo que no conocía a nadie que la hubiera ascendido, y lo mismo le pasa a Wikiloc.

La ascensión al Aiguille d'Infi, la describo más detalladamente en esta entrada 

De izquierda a derecha: el Toubkal, la Aiguille d'Infi, la cresta de Ifni y el Dôme de Ifni (de color arena). Foto sacada desde el Ras.

 

Compartiendo la Aguja de Ifni. Foto sacada desde el Toubkal. Al fondo, el Dôme.

Tras ascender la Aguja de Ifni y regresar a la cima del Toubkal, celebramos la ascensión y nos dirigimos al norte, hacia el monte Imiouzzer (4010m), que significa cascada en Amazik (Bereber). Alcanzamos sin dificultad la primera de las múltiples cotas sobre los 4000 metros. Se trata de una cima de múltiples cotas y, en total, culminamos tres de ellas, la última con trepada (III), antes de retroceder y descender en dirección al Tibheirine Oriental (3870m), más conocido por ser el monte que tiene un motor de avión en su cima. Uno de los tres motores del el avión que se estrelló en éste lugar en 1970.

 

En una de las cotas del Imiouzzer.

Restos, en la cima misma.

Sin demasiado descanso, por culpa de unos estruendos muy feos que se escuchaban en el cielo, emprendemos el camino de vuelta al refugio, dónde llegaremos sobre las 3 de la tarde, tras casi 8 horas de pateada. El valle de bajada está completamente bañado de los restos del pájaro, que se repartieron coloreando la pedrera a causa del impacto… es muy trágico y te provoca sentimientos encontrados entre la excitación por la rareza y la pena por las vidas perdidas.

Una vez en el refugio, recapacitamos y nos damos cuenta de que no estamos en muy buenas condiciones para seguir con el plan inicial de ascender a todos los cuatromiles de la zona. Las botas de mi aita, han llegado muy justas al refugio y las rodillas de mi ama, necesitan aligerar un poco la carga para no terminar más dañadas, ¡tienen que aguantar aún muchos años!

Remiendos.

Mientras remendamos de nuevo las botas, esta vez con navaja y aguja, Hamid nos propone un plan alternativo que consiste en realizar una travesía al valle de Aougdal n'Bouidorene, al oeste del actual, cruzando por el collado de Aguelzim para luego bajar al pueblo de Tizi Oussem. Nos quedamos con pena de no subir más cuatromiles, pero nos consolamos pensando que los montes no se van a mover de sitio, y podremos volver en alguna fecha futura, “inshallah”.

Pasamos el resto de la tarde vagueando por el refugio, nos pegamos un baño en una cascada cercana, nos duchamos, finalizamos la reparación de las botas y disfrutamos del espectáculo proporcionado por una nube revoltosa que iba dejando rayos y lluvia por aquí y por allá.

La danza de las nubes.

Observando semejante espectáculo, se nos ocurre un nuevo refrán, algo vulgar, que al menos parece ser válido para el entorno del Toubkal:

Si la chova se vuelve majara, lluvia asegurada.

Día 4:

Travesía a Tizi Oussem

Salimos sin prisa aunque sin pausa del refugio en dirección norte y alcanzamos el collado de Aguelzim con las mochilas a nuestras espaldas. De aquí, tras sacar las últimas fotos al macizo del Toubkal, nos separamos un poco del camino para ascender a la rocosa cima de Aguelzim Norte (3547m), con unas magníficas fotos de Imlil y “la piedra blanca”. 

Últimas vistas al Toubkal.
 

Después bajaremos la pala de las 100 curvas (llamada así porque literalmente hace más de 100 giros) y tras acceder al valle, seguiríamos haciendo zetas hasta encajonarnos en el mismo, lugar donde aparece de repente y sin que te lo esperes una bonita cascada de alrededor de 30 metros de altura, llamada el salto de Irhoulidene.

Llegando a la cascada.

Tras descansar brevemente, proseguimos nuestro camino que pasa primero por el refugio de Azib Tamsoult para luego bajar al pueblo de Tizi Oussem. Nos quedamos a dormir en Dar Tafat, un "gite" de una familia Mazik. El pueblo de Tizi Oussem, no tiene nada que ver con el de Imlil, y bien se merece una visita. Lejos del turismo y del barullo, es un pueblo sencillo, donde la mitad de las casas siguen siendo de adobe, la única carretera que llega es una pista de piedrilla y el burro es el transporte más práctico y eficiente. Los animales están bien vigilados dentro del propio pueblo y los frutales nacen por doquier siempre por debajo de la línea de riego. El campo de fútbol, siempre presente en estos lugares, se encuentra junto al río y parcialmente a la sombra. Nos dió mucha pena no poder comunicarnos con la familia Mazik que llevaba el gite, ya que se apreciaba su bondad y su buena fe.

Dar Tafat, sencillamente.

Día 5:

Vuelta a Imlil

Utilizamos las primeras luces para levantarnos, empacar las mochilas y partir en dirección al collado Tizi n'Mzik, en este collado, encontraremos también un chiringuito que nos ofrece sombra y bebida, como nos ha venido ocurriendo a lo largo del trayecto.

Ascendiendo entre la abundante vegetación.

Desde el collado, viraremos al norte para ascender al pequeño "plateau" de Tasserimoute dónde ascenderemos las cuatro cotas que rondan los 2660 metros de altura. Poco a poco, iremos perdiendo altura en dirección este para después inclinarnos hacia el sureste como aproximación para bajar por un abrupto sendero de cabras y pastores hasta el mismísimo pueblo de Imlil. Revisando posteriormente los mapas, veremos que la zona carece de senderos oficiales, por lo que hemos tenido el privilegio de utilizar un sendero propio de los pastores del lugar.

Sobre una de las cotas.

Vista de pájaro sobre Imlil.

Una vez en Imlil, cancelamos la noche extra en el gite (y llamamos a Essaouira para asegurarnos un techo) para coger un taxi que nos lleve a Essaouira (pasando por Marrakech) y pasar allí la noche, ya que el día de mañana, es el famoso día del cordero en todos los países musulmanes, equivalente a nuestras navidades, y todo el mundo las pasa en familia. Todo va a estar cerrado, y no habrá taxi que nos pueda trasladar a ningún lugar.

 

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